Hace unos días os hablé de los beneficios que tiene involucrar a los niños en la cocina. Hoy os voy a dar algunos consejos sobre cómo llevar a cabo esta tarea sin llantos, heridos ni frustraciones. ¿Ambiciosa? Quizá, pero no es imposible gozar de la cocina como actividad en familia.
Seguridad en la cocina
Para que la experiencia en la cocina sea lo más relajada posible debemos quitarnos los miedos. Para no tener ningún tipo de miedo, lo ideal es seguir estos consejos de seguridad.
- Evita las superficies calientes como el horno o los fogones poniendo la superficie de trabajo del niño/a lo más alejada posible. Como mi bancada es bastante pequeña, esto sólo significa que yo trabajo junto al fuego y mi personita en la parte exterior del mismo. Es decir, no hace falta que haya dos o tres metros de separación, sino que haya un control de la zona.
- Ten siempre bajo control los objetos cortantes y punzantes como cuchillos y tijeras. Si decides que tu personita va a utilizarlos, recuerda usar utensilios adecuados a su edad. Por ejemplo, dale un cuchillo de untar a un niño/a de 2 años y uno con poco filo a niños de 3 o 4 años. Como dije en mi anterior artículo, tú eres la persona más indicada para juzgar a qué edad puede manejar cada uno.
- Pon todo a una altura adecuada para él o ella. Dependiendo de la receta, quizá la podéis realizar en su mesita de juegos. Si necesita alcanzar a la bancada de la cocina, utiliza un taburete lo suficientemente alto y estable. Para mí este de Ikea es el perfecto.
- No le dejes sin vigilancia en ningún momento. Para ello te recomiendo que antes de comenzar coloques todos los alimentos y utensilios sobre la superficie de trabajo, para evitar desplazamientos.
Higiene en la cocina
Es obvio decir que para cocinar hay que tener las manos limpias. Además durante el proceso quizá tenga que lavarse las manos de nuevo varias veces. Por ejemplo si ha escurrido un limón o naranja, o si ha estado amasando.
Si tú o tu hijo/a tenéis el pelo largo, lo más apropiado en recogerlo y apartarlo de la cara. No sólo evitarás que aparezcan pelos en la comida, sino que veréis mejor.
Un consejo extra es tener a mano paños o papel de cocina para limpiar cualquier incedente. Es fácil que cocinando con niños haya derrames o se caigan cosas fuera. Mantén la calma, recuerda que todo es lavable. Enséñale a que ayude a limpiarlo para que sea consecuente con sus acciones.
Consejos para disfrutar del proceso de cocinado
El primero de todos es que dejes de lado tu ansiedad sobre el resultado y te centres en el proceso. No importa si no queda tan bonito como querías, o si han quedado unos cuantos grumos. El niño/a lo comerá igual porque al fin y al cabo lo ha hecho él mismo. Por tanto, altas dosis de paciencia.
Elige una receta fácil, cuyos pasos puedan ser realizados en parte por tu hijo o hija. Si haces una receta en la que ellos no puedan participar, se sentirán frustrados y aburridos, con lo que en vez de ayudar, puede que empiecen a molestar.
Para aumentar la motivación de cocinar juntos, puedes involucrarle a la hora de ir al supermercado. Lleva la lista de los ingredientes y deja que él los vaya encontrando. Seguro que eso le mueve la curiosidad para saber si irán a utilizarlos crudos o cocinados, enteros o troceados.
Cuando estés preparado para comenzar (recuerda que ya tendrás ingredientes y utensilios sobre la superficie de trabajo) explícale sus tareas. Dile claramente qué tareas serán su responsabilidad y cuáles serán tuya, y además si hay alguna razón de seguridad para ello. De esta forma aprenderá a trabajar en equipo y a organizar el trabajo.
Mientras estéis cocinando háblale de los diferentes ingredientes. Puedes explicarle cuál es su origen, cuáles son sus valores nutricionales y propiedades. También puedes jugar a que lo adivine. Incítale a que pruebe cada uno de los ingredientes que usáis para que conozca nuevos sabores. No le prohíbas que pruebe los alimentos a no ser que sea peligroso (huevos y carne cruda).
Duda final: ¿a qué edad se puede empezar a involucrar a los niños en la cocina?
Respuesta: cuanto antes mejor.
En aclaración a la corta respuesta anterior os diré que no se debe apartar a los niños de la cocina como si fuera el lugar más peligroso del mundo. Desde bebé, pueden estar junto a tí mientras cocinas, para que sepan que esa cosa existe.
Cuando tiene dos años pueden ayudar con tareas sencillas como untar mantequilla en un panecillo o enrollar una masa de hojaldre. Con tres años podrá empezar a hacer tareas más complejas y a partir de ahí la dificultad puede ir creciendo.
En cambio, si tienes un hijo mayor, que jamás a pisado una cocina, es más difícil que de repente se involucre en la tarea. Sin embargo, nunca es tarde si la dicha es buena así que por favor, inténtalo.
Conclusión
Ahora ya tienes algunos consejos para que si nunca has cocinado con tus hijos te animes a hacerlo. Próximamente empezaré a subir recetas adecuadas para realizar con los niños. ¿Te interesa este tema? ¿Quieres más artículos sobre cocina? Házmelo saber en los comentarios en el blog o en las redes sociales. Son Personitas tiene cuenta ofical en Facebook, Twitter, Google+, Instagram y Pinterest. Recuerda que puedes suscribirte introduciendo tu email para no perderte ningún artículo ni las novedades que están por venir.
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